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martes, 3 de mayo de 2016

LA MEDITACIÓN


 “…la meditación consiste en hacerse con el control del espíritu, en familiarizarse con una nueva comprensión del mundo y en cultivar una manera de ser que ya no se halla sometida a nuestros esquemas habituales de pensamiento. A menudo se inicia mediante un proceso analítico y luego se prosigue a través de la contemplación y la transformación interior.” 

El arte de la meditación -Matthieu Ricard-


¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?

Meditar conlleva un trabajo interior de transformación personal, que permite controlar los pensamientos, aprender a traer la calma, alejarse de la excitación mental y emocional que a diario nos invade y que tan nocivo es a veces.

Meditar es el conocimiento de nuestra mente, centrar nuestros pensamientos, consiguiendo no distraerse, sentirse en el presente, con tranquilidad, en paz interior, alimentando el espíritu para dar los pasos adecuados y evolucionar. Aquí es dónde se separa la meditación, con cualquier otra técnica de relajación, visualización o concentración.

El estado meditativo comienza focalizando la mente en un único objeto de percepción, ya sea un sonido, una mantra o la propia respiración, para con ello llegar al objetivo principal: conseguir diluir la mente y dejarla libre de sus propios pensamientos, concentrarse en la realidad del momento presente y conseguir la relajación de cuerpo, mente y espíritu.

Existen diversas técnicas de meditación, que llevan a un determinado objetivo, aunque todas, al final, desembocan en un mismo destino: la comprensión, el crecimiento y la evolución personal y espiritual.

Varían desde las que se basan en la observación de la respiración, la visualización de  algún pensamiento positivo o imagen inspiradora, hasta las que visualizan un mándala (objeto o imagen).

Durante el proceso de meditación, puede que aparezcan imágenes mentales, sensaciones,  emociones, impulsos y energías corporales. No hay que intervenir en ellos, hay que dejar que fluyan, sintiendo los mensajes que puedan llegar sin más. Una vez terminada la meditación se podrá reflexionar sobre los mismos o simplemente, disfrutarlos y sentirlos como efectos de una relajación profunda y placentera.


TIPOS DE MEDITACIONES

.- Meditación budista o meditación completa de la mente: busca enfocar la mente en el momento presente, en el aquí y ahora.

.- Meditación zen: sentarse en concentración; tratar la experiencia del vacío, de la nada. Se focaliza en la respiración, con ello se llega a expulsar cualquier agitación mental y se llega a experimentar el vacío.

.- Meditación transcendental: repetición de un mantra sagrado; recomendado hacerlo dos veces al día, en la mañana y la tarde, 20 minutos cada sesión.

.- Meditación vipassana o meditación penetrante: ver las cosas como realmente son; se basa en la observación. Usada como remedio de algunas enfermedades.

.- Meditación kabbalah: utilizado por los judíos, se basa en la visualización del nombre de dios. Se inhala y exhala, produciendo el sonido “sh”; luego se hace lo mismo, pero cambiando el sonido “mm”, hasta llegar al estado meditativo de la mente.

.- Meditación mantra: cánticos de sonidos sagrados; es poderosa y efectiva, para que la mente quede enfocada, por el efecto de la vibración de sus sonidos.

.- Meditación sufí: centrarse en el sentimiento del amor, activando el chakra del corazón. Se medita en silencio.

.- Meditación dzoghen: no utiliza ninguna pauta, ni respiración, mantra o niveles de concentración; es la concentración más natural. Se puede practicar con los ojos abiertos. Todo lo que necesites lo encuentras dentro de ti, es su técnica; sólo sentándote, sólo respirando, sólo siendo.

.- Meditación chakra: visualización de los siete chakras principales como espirales de energía vértices. Se concentra en cada una de ellas.

.- Mindfulness: derivado de la meditación budista, busca conseguir la atención plena o presencia mental. Presta atención de manera consciente a las experiencias del momento presente aceptándolo y generando curiosidad e interés.

BENEFICIOS


Sus beneficios son numerosos: 

mejora la concentración, 
la memoria, 
el sistema inmunitario, 
previene resfriados, 
ayuda a dormir y la salud en general, aliviando el estrés y la presión sanguínea, 
según los últimos estudios, incluso consigue aliviar ciertos dolores físicos...


PASOS PARA COMENZAR A MEDITAR

Aprender a meditar requiere sobre todo práctica y paciencia. No hay que preocuparse de cómo comenzar y de cómo se va haciendo. Todo fluye y se sabrá con el hábito como ir procediendo y que es lo que se va sintiendo, lo importante es comenzar y seguir, día a día.

Primero:

Elija que tipo de técnica, de las anteriormente vistas, quiere utilizar y después piense en un objetivo por la que meditar: para conectarse con su yo interior, para visualizar una meta, rebajar la ansiedad o el estrés, como crecimiento espiritual, etc. No busque objetivos muy complejos, sólo aquellos que le generen paz, tranquilidad y relajación.



Segundo:

Busque un lugar donde se encuentre tranquilo, que no tenga distracciones, principalmente cuando se está comenzando. Intente elegir siempre un mismo lugar donde ubicarse; mantenga todo en silencio. Puede colocar alguna vela, una barra de incienso, acondicionar el lugar, aunque esto no es necesario, lo puede hacer si desea dar un poco de color al lugar elegido.

Importante también es saber elegir un momento concreto del día. Nuestro cuerpo funciona de distinta manera dependiendo la hora y el momento del día; por eso debe acostumbrarse, si es posible, a realizar la meditación siempre dentro de un intervalo de tiempo (a primera hora de la mañana o de la tarde, por ejemplo); eso sí, no hacerlo cerca de la hora de ir a dormir, ya que podría o bien quedarse dormido o activarse de tal forma que le cueste dormirse.

Tercero:

Utilice ropa cómoda, aquella que se ponga para hacer ejercicio, que le haga sentir suelto, que no le distraiga del objetivo principal.






Cuarto:

Las primeras meditaciones hágalas sentado en una silla, con ello evitará dormirse. Mantenga la espalda recta y los pies sobre el piso. Una vez coja rutina, podrá sentarse en el suelo. Para ello, colóquese un cojín que le incline un poco hacia adelante (existen cojines para meditaciones llamados zafú, aunque puede utilizar cualquier otro).

Si está sentado en una silla, ponga las piernas algo separadas, y si opta por estar en el suelo, ponga las piernas dobladas en posición del buda; si no consigue llegar a esta posición, doble simplemente las piernas; recuerde,  siempre debe estar cómodo. 

Las manos junto a las rodillas, con la palma hacia arriba; puede juntar el dedo corazón y el pulgar (mudra JÑANA). Si sentado no coge la posición adecuada o no se acostumbra, no importa, no desista, vuelva a sentarse en una silla y medite en ella, lo importante es que no haya distracción y enfoque toda su energía en la meditación.

Cinco:

Utilice, sobre todo al principio, un medio de control del tiempo. Puede preparar una alarma de un reloj, recuerde elegir un sonido que no sea estridente, sino algo suave, o si quiere meditar con música, busque aquella que además de ser relajante, dure el tiempo que quiera meditar.

Comience con una meditación de unos 10 a 15 minutos. Luego irá ajustando ese tiempo y estará el tiempo que considere oportuno, no más de una hora. Se recomienda entre 30 a 45 minutos.


COMENCEMOS A MEDITAR

Estamos ya preparados, cerramos o mantenemos los ojos abiertos, dependiendo la técnica a utilizar; bajamos un poco la barbilla, con el fin de facilitar la respiración.

Relaje el cuerpo, tronco, piernas, brazos; inspire y expire mientras va sintiendo esa relajación, siempre con la boca cerrada. Note la energía telúrica subir desde los pies, como escala por las piernas, cadera y llega hasta al tercer chakra (punto por encima del ombligo).

Visualice luego la parte superior del cuerpo, comenzando por la cabeza, sintiendo la energía universal penetrar por el séptimo chakra (zona coronilla); baja por cabeza, cuello, pecho y llega a juntarse con la energía telúrica en el tercer chakra.

Y ya estamos en el camino de la meditación. Vendrán ideas, recuerdos, pensamientos que distorsionaran nuestro comienzo de paz, de sosiego; déjelos pasar, no haga caso de ellos, concéntrese en la respiración, en la música, en el mantra, en el silencio. La intención es llegar a concentrarse, no ponerse a analizar los pensamientos, estos deben fluir y tienen que diluirse. Si parece que se han ido y vuelven, no se ponga nervioso, no se descentre, siga respirando, centre su atención en ello, lo importante es usted, la paz y la relajación, el momento presente.

Tiene que aceptar que mantener la concentración al principio, es complicado. Su voz interior está ahí y tiene que controlarlo. No se enfade consigo mismo.

Pero recuerde, su vida no cambiará de un día para otro. Es un nuevo comienzo en el largo y tenaz camino del encuentro con su sabiduría interior. Todo tiene su tiempo, lo importante es dar los primeros pasos y ser constante.

Una vez haya pasado el tiempo marcado o sienta que es el momento de regresar del estado meditativo, comience a sentir de nuevo su cuerpo, HÁGALO MUY DESPACIO; si cierra los ojos, ÁBRALOS SIN PRISAS con mucha tranquilidad, como si de un magnifico despertar fuese, que realmente es así. 

Cuando haya acabado, manténgase unos minutos sentado, disfrutando del relax, la experiencia, la nueva energía; y no se olvide de SONREÍR, regálese siempre una sonrisa al conectarse al mundo de nuevo; tenga o busque un espejo, mire y sonría, mande todo el amor hacia el ser especial que tiene delante; verá como siente esa nueva energía abrazar su alma.



SIENTE, AMA, MEDITA





FUENTES:

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