Hipócrates |
Hipócrates dijo una vez: “no hay enfermedades, hay personas enfermas”.
Cuando olvidamos la esencia de lo que somos realmente, el todo, es cuando se produce la desconexión, cuando surge el desequilibrio.
Los desequilibrios aparecen en el momento en el que sufrimos situaciones que nos
superan y se mantienen de manera continuada en el tiempo: traumas, rupturas, estrés, pérdidas personales, malos hábitos alimenticios, toxicidades
y descompensaciones químicas, debilidades estructurales, fallos
electromagnéticos, etc.
cuerpos sutiles |
Cuando surge el desequilibrio comenzamos por perder energía y debilitar la capa o capas correspondientes, generando una grieta que se va abriendo paso a paso hasta llegar al cuerpo físico.
Una vez llega al cuerpo físico y antes de
que la debilidad se consolide, nos va avisando del desequilibrio por medio de lo
que se denominan síntomas. Estos son señales, mensajes de que algo no está fluyendo correctamente.
Se manifiestan de diversas formas, bien por respuestas emocionales (tristeza, ansiedad, mal humor,...), bien por fallos estructurales (dolores musculares, lumbares, cervicales,…), por descompensaciones en parámetros sanguíneos (ph, hierro, calcio, potasio, cloro,...), por desajustes electromagnéticos (dolor de cabeza, alteraciones del sueño, alta presión sanguínea,…).
Se manifiestan de diversas formas, bien por respuestas emocionales (tristeza, ansiedad, mal humor,...), bien por fallos estructurales (dolores musculares, lumbares, cervicales,…), por descompensaciones en parámetros sanguíneos (ph, hierro, calcio, potasio, cloro,...), por desajustes electromagnéticos (dolor de cabeza, alteraciones del sueño, alta presión sanguínea,…).
Es en este momento cuando se ha de iniciar
la búsqueda de la causa de estos desajustes y una vez encontrados, comenzar por
reparar los daños ocasionados en los cuerpos sutiles y volver a activar la
energía, para que fluya de nuevo y de esta manera evitar que llegue a penetrar
en el cuerpo físico, generándose por ello, la temida enfermedad (problemas de corazón, hepáticos,
digestivos,…).
Importante subrayar, que en caso de
que ya se haya traspasado la línea y la enfermedad llegue al cuerpo, la participación
de la medicina tradicional es importante ya que aplicando sus técnicas solucionan
de una manera rápida dichas situaciones. En este caso las terapias energéticas ayudan
para reconstruir las energías rotas de aquellos órganos afectados, a prevenir el avance de la enfermedad, a
recomponer las energías en caso de cirugía, etc. Las dos medicinas pueden y deben
convivir juntas, son totalmente compatibles.
A continuación describo brevemente las terapias energéticas con las que trabajo:
.- Terapia Bioenergética por Arquetipos/Chakras:
Los arquetipos son elementos geométricos que configuran nuestro diseño como seres vivos, su percepción permite recomponer y armonizar cualquier figura que esté dañada o débil...
Saber más sobre arquetipos |
Los chakras, nombre que viene del sánscrito, significa rueda de luz y recorren nuestros cuerpos inyectando la energía universal necesaria para el correcto equilibrio del mismo...
.- Terapia por Kinesiología:
La Kinesiología es un estudio del movimiento que permite, mediante la consulta al cuerpo (test musculares, meridianos de acupuntura), conocer la fortaleza o debilidad del mismo; descubriendo y tratando los desequilibrios que existan, ya sean a nivel emocional, energético, estructural, químico o electromagnético....
.- Terapia por Flores de Bach:
Creado por el Dr. Eduard Bach, es un conjunto de 38 remedios florales distribuidos en siete estados. Cada flor de Bach posee un estado vibracional que permite suavizar o mitigar los efectos del tipo de persona o situación al que se vincule...
Creado por el Dr. Eduard Bach, es un conjunto de 38 remedios florales distribuidos en siete estados. Cada flor de Bach posee un estado vibracional que permite suavizar o mitigar los efectos del tipo de persona o situación al que se vincule...
El correcto funcionamiento de todas las
terapias energéticas permite equilibrar y obtener bienestar con uno mismo, en todos los
aspectos de la persona (físico, emocional, mental, espiritual, kármico); permiten aliviar las cargas, el malestar físico
y la preocupación.
Es comprender mejor las cosas que nos suceden. Es encontrar el camino para cambiar, lo que vivo por fuera y lo que siento por dentro.
Es comprender mejor las cosas que nos suceden. Es encontrar el camino para cambiar, lo que vivo por fuera y lo que siento por dentro.
TODO ESTÁ EN TU INTERIOR
HAZ QUE FLUYA EN TI TU PROPIO
DESPERTAR
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